lunes, septiembre 07, 2009

Nada volvió a ser igual

Dicen que quien algo quiere, algo le cuesta. Me había encaprichado con la promo de las tazas de los disco de The Beatles, pero no hice la correspondiente reserva, y encima madrugar, lo que se dice madrugar, no madrugué.
Salí igual. Primera parada, el supermercado de la esquina que ya ha vuelto a cerrar los domingos, bue, me voy al estanco, y claro, a esas horas, no quedaba ni uno. Lo reservo para el domingo que viene y digo, seguro que habrá otra tienda de prensa que aún tenga, tampoco habrá tanto friki por esta latitud, y eché a andar, y a andar...qué leches ha pasado con todas las tiendas de prensa de este barrio?? al menos la prensa española no daba señales. Pregunto en un bar, subo la cuesta del Burger King, la bajo porque tampoco había, bue, tiro por la playa de levante y sigo buscando, cien grados a la sombra, agotada como El Pais y mis chanclas que no habían sido una buena elección para semejante caminata. Casi llegando a la avenida, otra tienda, pero ya desmoralizada, entro sin ninguna esperanza y ¿Le queda El Pais? Si, ahi delante. (OH!) ¿Y la taza???? Síiiii, tambieeeeen, como si estuviera algo hartita de los beatlemaníacos.
Salgo con la sonrisa que se me escapaba de la cara, me quedaba la vuelta, subir mi montaña, seguía el calor y yo tenía llagas en los pies y mi tesooooroooo....



Cuatro locos, que hace justo cuarenta años que dejaron de tocar, y sin embargo hoy, siguen teniendo quien haga lo que sea por una baratija suya. Quien se diga "ojalá la vieja siga conservando mis vinilos del album blanco, help o abbey road". Quien tenga amigos con los que estos cuatro nos hicieron compartir, disfrutar y unirnos (eh Ale?). Si es que, como dice Serrat en la revista del diario, desde que llegaron a nuestras vidas, nada volvió a ser igual.