Las conexiones del corazón, son esas que surgen en el momento preciso, justo cuando me hace falta, casi antes de hablar. Creo que estoy sola, y la línea hace que escuchen, y que reaccionen.
Pocas veces se nos ocurre reparar en estas cosas, hasta que comprendo que son mi sustento.
Enroscada en mis pensamientos, sin salir de esta "puesta en orden" en la que me he metido yo solita, cuento todos esos trenes que pasaron y no subí, o los que subí y equivoqué el destino, y los que, indefectiblemente, llegarán con retraso. Entonces alguien te dice: No te quedes en la estación, camina!
Cuando lleno la mochila de sentimientos que no quiero, otro alguien me invita a "dejar fluir".
Alguien acude a mí con su desamor a cuestas y aún guarda aliento para suplicar "no te hundas".
Si digo, necesito ayuda de lo tuyo, estás? Tardando nada y menos, se presenta allí para mí.
Cuando gente nueva visita el blog, y trae frescura y nuevas sensaciones en sus relatos.
Y quien está a tu lado, revolucionando todo a su paso (propio de su estilo) y hasta sus padres se involucran en cuidarte y mimarte.
Cuando alguien que se fue para siempre, nunca sabrá todo lo que me trajo. El reencuentro con quien, justo cuando mi espacio me estaba quedando grande, puede llamarme para un café, y entre sorbos de cafeína, ver la conexión del corazón que siempre estuvo allí.
Quien quiso recuperar lo que fuimos y se empeñó en encontrar a todos los compañeros del colegio, abriendo la caja de pandora. Y de esa caja salen los trozos de mi que desperdigué por la vida, y reaparecen los quienes, con el cuorecator* conectado, que me descubren que no estoy tan vacía, me recuerdan quien soy, con la magia de ver que veinticinco años de ausencia nos mantuvieron unidas, por los recuerdos, por los ideales, los sueños, por los hijos.
Decir gracias me sabe a poco y escribo este homenaje a los que dan tan valiosos regalos para el alma. No se puede recibir nada mejor por Navidad:
AMIGOS
(*)Coure (corazón) + communicator = cuorecator (pronúnciese cuorequeitor que queda más geek)