Hace catorce meses, me sequé las lágrimas, respiré hondo, me relajé y no pensaba en el día que escribiera esta entrada en el blog.
No pasaron ni cuatro meses, cuando el hormigueo empezó en las tripas y me planteé seriamente que no debía pasar mucho tiempo para que escribiera esta entrada en el blog.
Que si me preparo más, que si esto sí que si esto no, todo junto creando la ansiedad para escribir esta entrada en el blog.
Para final de año, ya caminaba por las paredes y se veía dificil y lejos el día que escribiera esta entrada en el blog.
El principio del 2006 se torció para el lado chungo y éramos dos luchando por escribir esta entrada en el blog.
Fue duro seguir tirando del carro, y resistimos, pero nubes negras de decepción no me dejaban escribir esta entrada del blog.
Muchas mañanas arreglándote el pelo, preparando tu discurso, muchas oportunidades y siempre acababa siendo otro el que escribiera su entrada en el blog.
Ya veis, esa entrada tan deseada, tan soñada, tan peleada y sufrida, con tantos desvelos y frustraciones a sus espaldas, es esta entrada...
y no sé que decir...
En realidad tampoco era tanto lo que había que decir. Ahí va,
El lunes vuelvo a trabajar