domingo, julio 06, 2008

il dolce fare niente

Una sucesión de ociosos días, muy ociosos. Levantarse cuando se acaba el sueño. Asumir que la hora de comer sería siempre a las 4 de la tarde. Mucho deporte: tumbing en todas sus versiones, sofá, piscina, cama, panza arriba, panza abajo...

Leído así da un poco de asquito, pero lo he disfrutado muchísimo, no era ni más ni menos que esto lo que necesitaba. Porque el hacer nada me dejó (y esta es la parte del dolce) un libro menos en la mesilla, el lector de feeds limpito limpito, una nueva serie empezada que pinta buenísima. Mates, remojones y mucha charla con Espe y Norma.
Y ellos, los chicos, que van a su bola y aún así me regalaron momentos M/H, de esos en los que conectan el cablecito con su madre y me dejan ver de qué están hechos (aquí viene el dibujito del babas Drooling)

Las vacaciones "a lo Morgh" como las catalogó ale, se acaban esta noche y mientras plancho algo que ponerme mañana para volver a la rutina, ya miro de reojo el sofá, que el Dylan no tardará en salir.

2 comentarios:

Vengador dijo...

Me alegro de que te sentaran tan bien :D

agosto_esquimal dijo...

Los domingos siempre son el dia "perro" de la semana, aunque la verdad es que vale la pena tener un día así (para uno que podemos tener..)